No todos los heroes usan capa. Algunos usan pensamiento crítico.
Hace algunas semanas, mi hijo me pidió ver una película de magos. Y en Netflix estaba disponible el documental sobre la vida de James "The Amazing" Randi.
Por si han desperdiciado su vida hasta ahora, les cuento que James Randi es un mago, seguidor de los pasos de Harry Houdini, que ha comprendido algo importante: como mago, su trabajo es engañar a la gente, jugar con su percepción y crear un espectáculo a partir de las presunciones del cerebro del público. Sí, un buen mago debe engañar, pero, a la vez, debe hacerlo de forma honesta. ¿Qué pasa cuando engañas sin reconocerlo públicamente? Pues bien, te conviertes en una farsa y muchas veces en un estafador. Y esa es la lucha de James Randi: desenmascarar estafadores, desde sanadores telepáticos, pasando por curanderos amazónicos que operan sin abrir la piel, o enviados de (algún) dios que necesitan baterías para la comunicación divina.
El documental muestra eso, una postura valiente para desenmascarar farsantes y arriesgada para engañar a científicos de protocolos laxos (porque, finalmente, un científico que no es capaz de seguir protocolos por perseguir un resultado, no es tan distinto de un niño que realmente cree que el conejo se materializó dentro del sombrero) para demostrar un punto importante: queremos ser engañados y, a la vez, hay muchos otros ansiosos por engañar.
Porque para reconocer un farsante, necesitas a otro, pero uno honesto.
