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Vamos a hablar (de nuevo) de VIH y otras infecciones (y de condones también)

Autor
Categoría
Biología
Ciencia
medicina
Salud Pública
Tecnología
Fecha de Publicación
2018/04/27
Temas
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Nota: esta es una actualización del post publicado originalmente el 27 abril del 2018 porque duh.
¿Recuerda usted una campaña contra el VIH/sida que daban a principios de la década de 1990 en lo que aquel entonces era el canal de la Universidad Católica? ¿Esa que decía algo así como que el sida es una enfermedad mortal y combatirla es cuestión de amor?
Pero, ¿por qué traemos esos pésimos spots a colación? Porque hoy existen terapias antirretrovirales (TARV) (1) que permiten a las personas vivir con el virus sin que se manifieste el sida y tener cargas virales indetectables, lo que además reduce el riesgo de transmitir el virus a alguien más (2). Sabemos que el condón es una forma efectiva para reducir drásticamente el riesgo infección (3) y ya no existen los prejuicios de hace 30 años al hablar de enfermedades de transmisión sexual, ¿cierto que no?
Lamentamos decirle que la cosa no es así.
Si le ha prestado atención a las noticias de salud de los últimos años, sabrá que los casos de VIH han aumentado de forma preocupante en Chile. Según el último reporte de Onusida, se estima que 71 mil personas viven con VIH en nuestro país. De estas, 10 mil se encontrarían sin tratamiento y, lo que es peor, aproximadamente 25 mil ni siquiera estarían diagnosticadas.
Quizás recuerde también el libro 100 preguntas sobre sexualidad adolescente lanzado por la Municipalidad de Santiago en 2016. Lo interesante del libro es que se construyó con apoyo de un comité de jóvenes que ayudó a proveer las cien preguntas y estas preguntas fueron respondidas por personas expertas en sexualidad. Muchas de estas preguntas tenían que ver con vivir una sexualidad segura, evitar embarazos no deseados e infecciones de transmisión sexual. Pero ni siquiera eso lo salvó de generar un enorme rechazo (porque era parte de una gran conspiración internacional para pervertir a las juventudes #SeSabe). O si retrocedemos un poco más en el tiempo, tal vez recuerde las JOCAS (Jornadas de Conversación sobre Afectividad y Sexualidad), también muy resistidas por una parte de la sociedad.
Es decir, si bien el escenario de hoy es distinto al que se vivía en la década de 1990, la situación de la salud sexual y reproductiva sigue siendo preocupante. En el presente artículo le explicaremos por qué y, sobre todo, qué deberíamos hacer como sociedad y como individuos para frenar el VIH y asegurar el derecho a la salud de cada persona.

VIH, sida... ¿cómo se llama ahora?

Empecemos aclarando algunos conceptos. El virus de inmunodeficiencia humana (VIH) (4) es un microorganismo no celular que afecta las células humanas y utiliza su maquinaria genética para producir más partículas virales que se extienden en el organismo. Es decir, los virus no pueden reproducirse por su cuenta, sino que deben afectar las células de un ser vivo para multiplicarse.
El VIH ataca las células del sistema inmunitario y las destruye o trastorna su funcionamiento. Esto acarrea el deterioro progresivo de dicho sistema y acaba produciendo una deficiencia inmunitaria. El sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida) representa las etapas más avanzadas de la infección por el VIH. Se define por la aparición de alguna de más de veinte infecciones oportunistas o cánceres vinculados con el VIH (5).
Aquí es importante detenerse un poco para aclarar un punto: aunque una persona puede ser portadora de un virus, este no tiene por qué necesariamente manifestar los síntomas. En el caso particular del VIH, alguien puede fallecer de vejez antes de que el VIH se manifieste como sida. En ese caso, se dice que esa persona está viviendo con VIH (PVVIH) y se encuentra asintomática.
Fuente: Infosida (6)
Pero se trata de una ruleta rusa: vivir con VIH y no saberlo es tremendamente riesgoso, porque los tratamientos para controlarlo son más efectivos mientras antes se inicien. De hecho, las recomendaciones internacionales son iniciar el tratamiento en el momento del diagnóstico, sin esperar que disminuya el recuento de linfocitos CD4 (los linfocitos T CD4 ayudan a coordinar la respuesta inmunitaria al estimular a otros inmunocitos, como los macrófagos, los linfocitos B y los linfocitos T CD8 para combatir la infección).
Pero hasta el año 2017, el Ministerio de Salud de Chile solo indicaba tratamiento a pacientes que tuvieran un recuento de CD4 menor a 350 células/mm³, contrario a las recomendaciones y retrasando el ingreso de pacientes a recibir la terapia. Recién durante marzo del 2018 esto cambió, garantizando el tratamiento en toda etapa de la enfermedad, independiente del nivel de linfocitos CD4.
“En color beige los países que no cachan una” | Fuente: Ending AIDS. Progress Towards the 90-90-90 Targets (7)
Además, y esto es muy importante, el VIH no es la única infección de transmisión sexual (ITS).
Una infección es la transmisión de un agente patógeno que puede causar una enfermedad. Estos agentes generalmente son microorganismos (bacterias, hongos) entre los cuales también están los virus.
En particular, las ITS pueden ser producidas por virus, hongos, parásitos y bacterias. Lo común es que se transmitan a través del contacto íntimo en una relación sexual. Las personas infectadas de alguna ITS sufren diversos síntomas, algunos tratables y otros no, pudiendo incluso provocar la muerte.
Hasta ahora, la estrategia más exitosa ha sido la prevención. Es decir, evitar adquirir la infección. ¿Por qué? Simplemente porque algunas ITS no son curables (aunque hay noticias esperanzadoras sobre la posible cura en un hombre seropositivo, actualmente la infección por VIH puede ser controlada, pero si se abandona el tratamiento, la enfermedad progresará) y otras, que en algún momento pudieron ser controladas, se han vuelto intratables.
El caso de la gonorrea multidrogorresistente es muy preocupante: debido a la resistencia que han desarrollado algunas de cepas bacterianas causantes de la enfermedad, el tratamiento con antibióticos (que antes era muy efectivo) se ha vuelto cada vez más difícil, si no imposible (8).
Las prevalencias de VIH en Chile el último tiempo han estado en la agenda pública, dado el significativo aumento reportado por Onusida, informando que Chile es el país con el mayor número de contagios en la región (34% de aumento entre los años 2010-2018) y las críticas a las políticas públicas que debían controlar esta situación, al menos al nivel como se han desarrollado las epidemias en el resto de la región, donde han logrado mejor control o disminución de casos en el último tiempo.
Número de personas viviendo con VIH en el mundo. Unaids (10)
Dentro de las ITS se incluyen la sífilis, gonorrea y hepatitis (A, B y C pueden ser transmitidas por vía sexual), entre otras. Sin embargo, ha sido especialmente el VIH el que ha tenido un aumento considerable en nuestro país (34% de aumento período 2010-2018, siendo el país con el mayor aumento en la región) (9).
Fuente: Update Sida 2019. Comunidades en el centro. Onusida (9)
Esta situación se ha producido principalmente por factores de riesgo comunes, como tener relaciones sexuales sin condón, abuso de sustancias (drogas), tener ITS previas, entre otros. Por ello, desde un punto de vista epidemiológico, debemos prepararnos para que el aumento en la prevalencia de VIH venga acompañado de un aumento en las prevalencias de otras ITS y del embarazo adolescente.
En relación a la situación global de VIH/sida
5.000 nuevas infecciones por día (64% corresponden al África Subsahariana).
De ellos, 400 casos son detectados en niños y niñas menores de 15 años.
y 4.500 casos en personas de 15 años y más (43% mujeres y 37% tienen entre 15-24 años).
En Latinoamérica
Al año 2016, 1,8 millones de personas vivían con VIH. Solo ese año se estima que ocurrieron 97.000 nuevas infecciones.
Fuente: Programa Conjunto de Naciones Unidas para el sida (11)
Situación nacional al 2019 (9,12,13)
La epidemia en Chile se encuentra concentrada (prevalencia superior a 5% en subpoblaciones de mayor vulnerabilidad)
36% de los casos notificados entre 2014-2018 lo hacen en etapa sida
Se estima que en Chile viven 71.000 personas con VIH
Por cada mujer infectada, hay 5,7 hombres infectados (pero aumento porcentual 2017-2018 fue mayor en mujeres)
El 97% de los casos corresponde a transmisión por vía sexual (61%: hombres que tienen sexo con otros hombres (HSH)
El grupo etario más afectado es el de 20-49 años
El grupo de adolescentes (15-19 años) muestra un aumento sostenido desde el 2016; el grupo adultos mayores (60 y más) muestra una estabilización de las tasas los últimos 5 años
Chile presenta buen acceso a terapia antirretroviral (TARV) de América Latina, con un 92% de la población bajo control
A continuación se presentan otras cifras relevantes que demuestran el incremento en notificación de casos y fallecidos.
Podemos ver que nos encontramos muy lejos de las estimaciones de disminuir la tasa de mortalidad por VIH/sida (figura de abajo era la estimación al 2020).
Fuente: Minsal 2019 (13)
Fuente: Objetivos Sanitarios (14)

La moral no es salud pública

Quizás usted se pregunte «bueno, ¿y esto no podría arreglarse si la gente simplemente dejara de ser tan promiscua?». Es cierto que el único método 100% efectivo para evitar las ITS es la abstinencia sexual. Pero también podríamos decir que un método 100% efectivo para evitar los accidentes de tránsito es no salir a la calle. Y, además, los estudios indican que las políticas basadas en enseñar abstinencia sexual son inefectivas y faltan a la ética (15).
Lo cierto es que los servicios sanitarios no tienen por misión juzgar la conducta sexual de las personas. Su objetivo es proveer información veraz y mecanismos de protección efectivos frente a problemáticas derivadas del comportamiento sexual de las personas, como el embarazo no deseado y las ITS. Los servicios sanitarios deben asegurar el libre y equitativo acceso de la población a aquello que le permita disminuir los riesgos del ejercicio pleno de sus derechos sexuales y reproductivos, en un marco de autonomía y justicia.
Es por ello que esta no es una discusión de «agenda valórica»: nuestro deber como sociedad es enfrentar las causas de esta situación y entregar a la población soluciones efectivas que permitan controlar el alza de casos. Es promover conductas de protección y entregar las herramientas adecuadas para evitar las conductas de riesgo. Para esto es imperativo que toda persona pueda acceder a educación sexual integral y a condones para protegerse de las ITS, además de facilitar el acceso a los exámenes para poder acceder a tratamiento. Es decir, trabajar desde las evidencias, no desde las creencias.
Sin embargo, en Chile las políticas de prevención de VIH siempre han generado fuertes reacciones por parte de grupos de presión. Mientras los partidos políticos conservadores e instituciones religiosas las atacan, las organizaciones no gubernamentales relacionadas con la diversidad sexual solicitan mayor compromiso y profundización de las discusiones. Este es un tema profundo que se asocia a la educación y pensamiento crítico de las personas; el derecho a la salud y la prevención de enfermedades no es un tema valórico ni religioso.
Portadas

Factores condicionantes

Existen factores estructurales que afectan el riesgo individual y comunitario de adquirir VIH. Entre ellos se encuentran los factores socioculturales, inequidades y violencia de género que afectan la capacidad negociadora de las personas para usar métodos de barrera (como el condón), restricción de acceso a servicios e insumos apropiados, entre otros.
Por otra parte, los adolescentes (grupo en el que, como mencionamos, ha aumentando significativamente la prevalencia del VIH) enfrentan sistemáticamente una serie de barreras y obstáculos tanto culturales como institucionales para el libre acceso a la atención de su salud sexual y reproductiva y de información veraz, siendo muchas veces discriminados por razones socioeconómicas y vulnerados en su derecho a la confidencialidad y el respeto a su autonomía progresiva (16).
Pero uno de los temas que es transversal y, probablemente, el más importante para reducir el riesgo es la educación sexual efectiva en la población infantil y adolescente. Este ha sido el gran ausente en las políticas públicas y también ha sido materia de debate político, con desafortunadas intervenciones de un ministro exministro y de algunos personeros de la Iglesia.
En términos de educación sexual, se vuelve imperativo entregar información, herramientas y dispositivos necesarios para que los adolescentes puedan ejercer autónomamente sus derechos. Es decir, tratarles como personas con facultades y desarrollo moral como para tomar sus decisiones, lo que «implica el abandono de prácticas de subordinación de niños y adolescentes a sus padres, a las instituciones y a los adultos en general, y el reemplazo por funciones de orientación y dirección para que ellos ejerzan los derechos de los cuales son titulares» (16).
Fuente: INJUV (17)
De la misma encuesta de la gráfica anterior, se desprende que solo un 14% de las personas con educación secundaria o inferior reconoce correctamente las vías de transmisión del VIH. Este porcentaje se duplica (29%) en jóvenes con educación superior, lo que evidencia la importancia de la educación integral en este tema.
Sin embargo, el hecho de que apenas un 29% de las personas con educación superior reconozcan correctamente las vías de transmisión del VIH tampoco es una cifra que dé para celebrar. En efecto, Chile es el país peor evaluado en un estudio de 17 países en relación a educación integral en sexualidad y en materias de salud sexual y reproductiva. Mientras el promedio de avance general en ambas temáticas fue de 69%, Chile obtuvo el puntaje más bajo de la región, con 39%.
"Cuando un país se pone «colorado de vergüenza»" | Fuente: Prevenir con Educación (18)
"En rojo carmesí, los países que están para la corneta" | Fuente: Prevenir con Educación (18)

Condones: buenos, bonitos, seguros y baratos

El uso de condones de forma correcta en cada relación sexual ha demostrado ser altamente efectivo contra los embarazos no deseados (98% de efectividad) (19) y contra las ITS (80% efectividad) (20), convirtiéndose en un componente crítico de las políticas públicas de prevención y promoción de conductas sexuales seguras. A pesar de lo que diga un ministro de salud para salir del paso de las críticas, las evidencias son las que importan.
Es importante reconocer que los condones no protegen siempre contra algunas ITS (aunque disminuyen el riesgo de contagio), como el herpes, la sífilis o el virus del papiloma humano (VPH). Además, los condones pueden romperse, deslizarse o permitir que el semen se salga, en especial si no se ponen y quitan de manera adecuada.
Entonces, repasemos el buen uso de los condones:
Fuente: CDC (20)
Fuente: CDC (21)
Otro tema que se suele obviar al abordar este tema es el de las relaciones lésbicas. Las mujeres que practican sexo con mujeres también están en riesgo de contraer ITS y ese riesgo puede reducirse significativamente si se usan los métodos correctos.
De hecho, hace algunos años la agrupación lésbica Rompiendo el Silencio lanzó la campaña «Torta, no seas pastel» para educar en el correcto uso de barreras de látex y otros cuidados para evitar el contagio de ITS.
Fuente: CDC (21)
Adicionalmente, recomendamos visitar el sitio web de los Centros para el Control de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos, donde se entrega información personalizada sobre los riesgos de contagio. El único problema es que está en inglés, esa lengua ininteligible :( https://wwwn.cdc.gov/hivrisk/
Ahhh, pero si estuviera en toki pona... Fuente: GIPHY
Aunque se supone que para las y los jóvenes el acceso a condones está garantizado y se entregan gratuitamente en los centros de salud públicos, muchas veces hay barreras que lo impiden. Un estudio (22) refleja que los jóvenes deben sortear muchos obstáculos que dificultan poder acceder a ellos en los centros de salud. Aquí hay algunos de ellos:
Voluntades políticas locales que interfieren en los trabajos de los equipos de salud
Poca flexibilidad de profesionales para adaptarse a culturas juveniles
Barreras burocráticas en el ingreso de los adolescentes a la atención
Exigencia de estar acompañado por un adulto
Exposición a otros pacientes y funcionarios (llamado a viva voz)
Horarios de atención durante horarios de clases
Falta de formación y capacitación de equipos en temáticas adolescentes
Resistencias y prejuicios personales del equipo de salud
En algunos centros de salud, se entrega los condones solo a varones
Restricción de edad (a menores de 14 años se exige consentimiento de adultos)
Aquí tiene más datos relacionados con el bajo uso de condones en la población chilena, situación que además presenta un gradiente de inequidad social, pues las personas con más años de estudios presentan mayores frecuencias de uso.
Fuente: SOCHEPI- ENS (12,24)
Fuente: SOCHEPI- ENS (12,24)
Fuente: SOCHEPI- ENS (12,24)
En relación a las campañas de prevención y promoción del Ministerio de Salud, existió una brecha de 9 años entre 2006-2015 donde las campañas no promovieron explícitamente como mensaje central el uso del condón (22).

En periodo de exámenes

Mucho se ha reflexionado sobre el bajo porcentaje de personas que se realizan el test de detección de VIH. Esto es un problema, pues dificulta la pesquisa y derivación oportuna, el inicio del tratamiento y adopción de conductas de protección para evitar la transmisión.
Fuente: ENS (24)
Fuente: SOCHEPI (12)
La forma de saber si se ha adquirido el VIH, es a través de exámenes de laboratorio. El más frecuente y utilizado en Chile era el examen de sangre llamado «Test de ELISA para VIH», examen que detecta los anticuerpos que el organismo produce frente a la presencia del virus.
El Test de Elisa se demora varios días en entregar los resultados y, de tener un resultado positivo, no significa que se diagnostica el VIH. Luego la muestra debe ser enviada al Instituto de Salud Pública para realizar el test confirmatorio.
Debido a la demora en la entrega del resultado inicial, muchas personas retrasan la realización del examen, por diversas razones. Algunos países han promovido la realización de un Test Rápido de VIH (incluso de venta en farmacias), donde se puede obtener el resultado del test inicial en 15 minutos con similares valores de sensibilidad y especificidad que el Test de Elisa. Nuestro país, a fines del año 2018, incorporó el Test Rápido para detección de VIH, para permitir su utilización en establecimientos de salud públicos y privados y en atenciones extramuro (ONG, centros comunitarios y establecimientos educacionales).
Acá pueden encontrar las direcciones de centros de salud públicos y algunas ONG donde pueden hacerse el test rápido.
Otro punto importante a considerar es que la infección de VIH no es inmediatamente visible para estos tests. El periodo en que estos tests pueden tardar en detectar la infección (el llamado «periodo ventana») va aproximadamente de 4 semanas a 3 meses. Por eso, si usted tuvo una conducta de riesgo y teme haberse contagiado, conviene doblar las precauciones durante tres meses y después realizarse el examen.

Lo que falta por hacer

Desafortunadamente, nuestra sociedad sigue teniendo muchas dificultades para hablar libremente de derechos sexuales y reproductivos. No podemos olvidar que la homosexualidad masculina estuvo penalizada en Chile hasta 1999 y hasta el 2017 las leyes consideraban correcto encarcelar a una mujer o niña que se realizara un aborto por cualquier causal.
Los tabúes sexuales alimentan mitos e ignorancia que ponen en riesgo a niños, niñas, jóvenes y adultos, que alimentan la discriminación hacia personas que desean vivir su sexualidad de forma distinta a la heteronormativa. Y lo cierto es que esa discriminación aumenta el riesgo de contraer enfermedades peligrosas.
Por ello, nuestro llamado es a informar e informarse sin juzgar. A prevenir y hacerse exámenes sin condenar las conductas del resto.
Y también a exigir a nuestras autoridades mejores políticas públicas y educación sexual sin tintes morales. Eso es lo mejor que podemos hacer por la salud física y psíquica de las personas.
Fuente: OECD (25)

Referencias

1.
NIH. Medicamentos contra el VIH autorizados por la FDA El VIH/SIDA [Internet]. infoSIDA. [citado 24 de abril de 2018]. Disponible en:Disponible aquí
2.
Aidsmap. CD4, carga viral y otras pruebas - Carga viral [Internet]. [citado 24 de abril de 2018]. Disponible en:Disponible aquí
3.
CDC. Hoja informativa para el personal de salud pública | Eficacia de los condones | CDC [Internet]. [citado 24 de abril de 2018]. Disponible en:Disponible aquí
4.
Medline. VIH/SIDA [Internet]. [citado 24 de abril de 2018]. Disponible en:Disponible aquí
5.
WHO. OMS | Preguntas y respuestas sobre el VIH/SIDA [Internet]. WHO. 2017 [citado 24 de abril de 2018]. Disponible en: http://www.who.int/features/qa/71/es/
6.
Infosida. Las fases de la infección por el VIH El VIH/SIDA [Internet]. infoSIDA. [citado 24 de abril de 2018]. Disponible en:Disponible aquí
7.
UNAIDS. Ending AIDS. Progress Towards the 90-90-90 Targets. [Internet]. 2017 [citado 24 de abril de 2018]. Disponible en:Disponible aquí
8.
WHO. Antibiotic-resistant gonorrhoea on the rise, new drugs needed [Internet]. World Health Organization. 2017 [citado 24 de abril de 2018]. Disponible aquí
9.
UNAIDS. Global AIDS update 2019 — Communities at the centre [Internet]. 2019 [citado 19 de julio de 2019]. Disponible en: https://www.unaids.org/en/resources/documents/2019/2019-global-AIDS-update
10.
UNAIDS. AIDSinfo | UNAIDS [Internet]. 2016 [citado 24 de abril de 2018]. Disponible en: http://aidsinfo.unaids.org/
11.
ONUSIDA. Poner fin a la epidemia de sida para 2030 [Internet]. 2018 [citado 24 de abril de 2018]. Disponible en: http://www.unaids.org/es/Homepage
12.
Annabella Arredondo. Situación epidemiológica del VIH/SIDA en Chile [Internet]. 2018. Disponible en:Disponible aquí
13.
Ministerio de Salud de Chile. PLAN NACIONAL VIH SIDA E ITS [Internet]. 2019 [citado 19 de julio de 2019]. Disponible en: https://diprece.minsal.cl/wp-content/uploads/2019/06/2019.06.12_PLAN-NACIONAL-VIH-SIDA-E-ITS.pdf
14.
Chile, Ministerio de Salud. Estrategia nacional de salud para el cumplimiento de los objetivos sanitarios de la década 2011-2020. Santiago, Chile: MINSAL; 2011. Disponible en Disponible aquí
15.
Santelli JS, Kantor LM, Grilo SA, Speizer IS, Lindberg LD, Heitel J, et al. Abstinence-Only-Until-Marriage: An Updated Review of U.S. Policies and Programs and Their Impact. Journal of Adolescent Health. 1 de septiembre de 2017;61(3):273–80. Disponible en Disponible aquí
16.
Valenzuela Rivera E, Casas Becerra L. DERECHOS SEXUALES Y REPRODUCTIVOS: CONFIDENCIALIDAD Y VIH/SIDA EN ADOLESCENTES CHILENOS. Acta bioethica. noviembre de 2007;13(2):207–15. Disponible en: Disponible aquí
17.
INJUV. Octava Encuesta Nacional de Juventud [Internet]. 2015 [citado 24 de abril de 2018]. Disponible en:Disponible aquí
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Hunt, F., Monterrosas, E. and Mimbela, R. Evaluación de la implementación de la declaración ministerial “Prevenir con educacion” 2012. Del acuerdo a la acción; avances en Latinoamérica y el Caribe. [Internet] 2013 Disponible aquí
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UNAIDS. UNFPA, WHO and UNAIDS: Position statement on condoms and the prevention of HIV, other sexually transmitted infections and unintended pregnancy [Internet]. 2015 [citado 24 de abril de 2018]. Disponible en:Disponible aquí
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WHO. WHO | Condoms for HIV prevention [Internet]. WHO. [citado 24 de abril de 2018]. Disponible en: http://www.who.int/hiv/topics/condoms/en/
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CDC. Fact Sheet for Public Health Personnel | Condom Effectiveness | CDC [Internet]. 2018 [citado 24 de abril de 2018]. Disponible en: https://www.cdc.gov/condomeffectiveness/latex.html
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Michelle Sadler, Alexandra Obach, M. Ximena Luengo, M. Antonia Biggs. Estudio de barreras de acceso a los Servicios de Salud para la prevención del embarazo adolescente en Chile [Internet]. 2010 [citado 24 de abril de 2018]. Disponible en:Disponible aquí
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Ministra de Salud. Chile. Informa sobre diversos aspectos relacionados con el VIH [Internet]. 2017 [citado 24 de abril de 2018]. Disponible en:Disponible aquí
24.
Ministerio de Salud. Chile. Encuesta Nacional de Salud 2016. Primeros Resultados [Internet]. 2017 [citado 24 de abril de 2018]. Disponible en:Disponible aquí
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Valfort M-A. LGBTI IN OECD COUNTRIES: A REVIEW, WORKING PAPER No. 198. 20 de junio de 2017;(198):185. Disponible en Disponible aquí