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Especial Etilmercurio – El espejismo del litio: el verdadero costo de la energía verde (Parte 2)

  • Por Cristina Dorador y Jorge Roman
  • Diciembre 20, 2018
  • 3 Comentarios
  • Chile, litio, minería, salar

Parte 2:
el verdadero tesoro de los salares no es el litio, es su biodiversidad


Colaboración: Dra. Joseline Tapia @pepeline; Dra. Bárbara Jerez @barbarajerezh; Dra. Ingrid Garcés; Dra. (c) Carolina Cubillos @CaroFCubillos


¿Cree usted que la historia se repite? ¿Que es cíclica?

En Etilmercurio no tenemos una respuesta a ello, pero sí nos llama la atención cómo ciertos procesos históricos se parecen… A veces demasiado. ¿Recuerda usted la historia del ciclo salitrero? ¿Cómo Chile luchó una guerra (de la que mucha gente se enorgullece hasta hoy) que le permitió adueñarse de grandes extensiones de tierras ricas en recursos mineros? ¿Cómo nos hicimos tan dependientes de la exportación de una materia prima (que ni siquiera estaba en manos de empresarios chilenos) que cuando la demanda internacional se desplomó, la economía chilena sufrió una de las peores crisis de su historia?

Mucho se ha escrito sobre este momento histórico. Hay muchos análisis desde la perspectiva económica y política, que destacan el nexo entre el Estado y la industria, donde el primero solo entregaba ordenamiento jurídico y unos aranceles básicos para que la segunda pudiera ganar a manos llenas (1). Análisis que nos recuerdan cómo Chile era simplemente un planeta económico en el sistema solar británico, en palabras de Eric Hobsbawm (1 y 2).

Pero también hay análisis desde un punto de vista medioambiental. De hecho, los bosques de tamarugos del Desierto de Atacama fueron arrasados por la industria salitrera (3), lo que transformó este ecosistema de formas que apenas podemos dimensionar hoy en día. Repitamos: bosques, había bosques en la Pampa del Tamarugal. Claro, no eran selvas valdivianas como las de la Región de Los Ríos, pero la presencia de los árboles en el desierto sin duda tenía efectos importantes en la regulación del clima y el ecosistema local. De hecho, durante casi la totalidad del siglo XX no parecía existir ningún indicio de preocupación por la contaminación y el elevado consumo de agua que causa la actividad minera: todas las políticas públicas en minería solo apuntaban a mejorar la productividad sin ninguna consideración por el medio ambiente, la salud de las personas o siquiera por la actividad agrícola de los pueblos del desierto (4) (5).

¿Y por qué hacemos este paréntesis histórico?

Porque, aunque tengamos dudas de que la historia es cíclica, ahora pareciera estar repitiéndose.

A ella ya no le gusta la gasolina, ahora le gustan las baterías de litio

Como veíamos en el capítulo anterior, la presión mundial por cambiar a energías que no liberen gases de efecto invernadero necesita baterías que puedan almacenar esta energía. Y las mejores baterías que se fabrican actualmente necesitan litio.

Se calcula que, para el año 2050, la demanda de litio anual para vehículos en Estados Unidos sería de 55 mil toneladas (6) (7). Es más: la producción de vehículos, computadores, teléfonos móviles y cámaras digitales está aumentando tanto que probablemente la demanda sobrepasará los recursos mundiales disponibles antes del 2025 (6). Esto significa que en poco más de cinco años habrá una presión importante para desarrollar baterías tan o más eficientes que las de litio, pero que utilicen materias primas más abundantes y baratas.

Actualmente, hay alrededor de 107 proyectos para explotar litio a nivel mundial: más del 45% de ellos se encuentra en Sudamérica. Estos proyectos están concentrados en cuatro compañías —SQM, Albemarle, FMC, Tianqi— que abarcan entre el 89-91% de la producción mundial. En Chile, el litio es explotado por dos empresas: SQM (en la que también participa Tianqi con casi una cuarta parte de sus acciones) y Albemarle, que poseen la concesión de Corfo en el Salar de Atacama (Región de Antofagasta).

Proyectos de búsqueda de nuevas fuentes de litio en el mundo y el estado de avance de los proyectos. Elaboración propia (Dra. Ingrid Garcés) en base a información de cada país (Ministerios de Minería y equivalentes).

Este año se abrió la posibilidad de que Codelco explote las reservas que posee en los salares de Pedernales y Maricunga ubicados en la Región de Atacama, creando para ello la Sociedad Salar de Maricunga S. A. La Minera Salar Blanco (controlada por la  la australiana Lithium Power International y la canadiense Bearing Lithium) está preparándose para explotar el Salar de Maricunga. Además, la empresa Simco SpA (ligada al grupo Errázuriz) presentó en junio su Estudio de Impacto Ambiental para explotar litio en este salar, que es un ecosistema en extremo vulnerable y frágil (8).

Laguna localizada en el borde oriental del Salar de Pedernales, Región de Atacama. Pese a que las salmueras de este salar tienen una elevadísima concentración de arsénico (14 mg∙L-1), es el hábitat ideal de los flamencos. Créditos de la foto: Sergio Villagrán y @pepeline.

Es tanto el interés por la obtención de este metal que la empresa canadiense Wealth Minerals recientemente firmó un acuerdo vinculante con la empresa estatal Enami para explotar pertenencias en el sector norte del Salar de Atacama (el área de concesión incluye los atractivos turísticos de Laguna Tebenquiche y Laguna Cejar) y en la majestuosa Laguna Verde en la Región de Atacama. Esta misma compañía promociona en su página web otros dos proyectos: Trinity y Five Salars, que incluyen la concesión de exploración de los salares de Aguas Calientes Norte, Quisquiro y Pujsa (Trinity) y Ascotán, Piedra Parada, Huasco, Laguna Lejía y Siglia (Five Salars). Además, la empresa canadiense Lithium Chile Inc. (anteriormente llamada Kairos Capital) tiene otros cinco salares en su carpeta, incluyendo los de Atacama (Norte), Turi, Helados (incluyendo la parte sur del incomparable Salar de Tara), Ollagüe y Talar. Recientemente, Lithium Chile Inc. anunció el inicio de las perforaciones en el Salar Ollagüe, en búsqueda de litio.

En total, estas empresas proyectan la explotación futura de 14 salares y una laguna altiplánica, lo que equivale a aproximadamente 250 mil hectáreas de concesión. Algo que podría alegrarnos, porque el uso masivo del litio se vincula a estilos de vida «carbono cero» (9).

Estado actual de conservación y/o protección de salares del norte de Chile que se encuentran en proceso de exploración o explotación de litio. Elaboración propia en base al Registro Nacional de Áreas Protegidas e información directa de las empresas. Sitio Prioritario de Conservación de la Biodiversidad, Ley 19.300, art. 11, letra D; Sitio Prioritario ERB (Estrategia Regional de Biodiversidad).

Sin embargo, en Santiago surgen algunas voces desde sectores sindicales, intelectuales y políticos que piden «litio para Chile». Este movimiento parece hacerse cargo de los miedos a repetir la historia del ciclo salitrero: lo que proponen es nacionalizar la extracción y generar una industria nacional que le dé mayor valor agregado a este mineral. De hecho, la Comisión de Minería de la Cámara de Diputados aprobó un proyecto de ley que declara el litio como un bien de interés nacional, lo que permitiría expropiar las compañías que lo explotan. Incluso hay voces que proponen expropiar directamente parte de SQM (ex Soquimich, empresa estatal que fue privatizada durante la dictadura).

La majestuosa Laguna Verde, a 4.200 m.s.n.m. Al sur limita con el Nevado Ojos del Salado y se encuentra en la zona limítrofe con Argentina, en la zona norte de la Región de Atacama. Créditos de la fotografía: Sergio Villagrán, @pepeline.

Al mismo tiempo, en San Pedro de Atacama las comunidades atacameñas y organizaciones socioambientales locales han realizado diversas manifestaciones contra la autorización de nuevas empresas que pretenden explotar el litio. También se oponen a la autorización de mayores cuotas de extracción del mineral: su temor es que esto profundice la actual crisis hídrica que tiene en un franco estado de agonía a los sistemas ecológicos de la cuenca del Salar de Atacama y del Norte Grande en general (10). De hecho, se estima que por cada tonelada de litio extraída, se evaporan aproximadamente 2.000 toneladas de agua (11).

Este año, el gobierno de Chile anunció una Reforma al Servicio de Evaluación e Impacto Ambiental (SEIA) para «incentivar las inversiones», agilizando y precarizando los mecanismos de evaluación ambiental de proyectos. Esto es particularmente complejo para los ecosistemas y las comunidades que los habitan, y en este caso para los salares, los humedales altoandinos y las comunidades que allí viven. Es más: los humedales almacenan entre el 25 y el 30% del dióxido de carbono de la Tierra (12) y las comunidades de la región no pueden subsistir ni mantener su cultura y estilo de vida sin agua (13).

La continuidad de las sales milenarias del Salar de Atacama se interrumpe con los cerros de sal retirada en el proceso de extracción de litio. Créditos de la fotografía: @criordor

No se pueden negar las buenas intenciones y la genuina preocupación por el medio ambiente que hay tras las tecnologías «carbono cero». Sin embargo, para desarrollarlas se utiliza el mismo sistema de explotación que mantiene y profundiza las desigualdades. Es decir, la minería del litio —que, de acuerdo a algunas publicaciones, podría «salvar el mundo» (14, 15)— esconde nuevos y viejos procesos de explotación y daños socioambientales.

Los salares altiplánicos y sus habitantes constituyen sistemas socioecológicos únicos en el mundo por sus condiciones ambientales extremas, así como por su frágil y valiosa biodiversidad. El efecto del «extractivismo» ha sido también estudiado a escala social: las geografías donde habitan las comunidades son forzadas a la idea de una nueva «territorialidad hegemónica extractivista», produciendo una identidad «de enclave» orientada a naturalizar la explotación de este metal en la región (16).

Los salares: el patio trasero del éxito económico de la minería chilena

Existen varios salares que se encuentran secos superficialmente: sus recursos han sido agotados por la sobreexplotación de agua. Tal como lo explica el Banco Mundial y El Mercurio, en el altiplano ya se agotó casi la totalidad de las aguas superficiales, lo que ha obligado a las mineras y las poblaciones recurrir a napas y desalinización de agua. Es por ello que se dice que el altiplano se está secando por dentro.

El Salar de Lagunillas, ubicado en la Región de Tarapacá, fue secado completamente por la Minera Cerro Colorado (BHP) y las medidas de mitigación no tuvieron ningún efecto (17). Un destino similar sufrió el salar de Punta Negra, cuyas aguas subterráneas fueron extraídas en forma indiscriminada por Minera Escondida. Otro caso es la canalización antropogénica del Salar de Pedernales, que dejó de ser endorreico en los años 1930 para favorecer la actividad minera de la minera Estatal el Salvador (Codelco) (18).

Disminución de los niveles de agua subterránea en el Salar de Lagunillas (Región de Tarapacá) desde el inicio de la extracción de agua, en enero de 1991, para la minería de cobre. En enero de 2002, ya se había reportado que las vertientes estaban secas y en el mismo mes de 2007 comenzó la irrigación del humedal, que no tuvo ningún efecto (17).
Canalización antropogénica del Salar de Pedernales. Al fondo se observa el Río El Salado. (Foto: Sergio Villagrán y @pepeline)

Hay salares cuyas cuencas han sido usadas como vertederos de relaves: solo en los libros quedaron nombres como Salar de Hamburgo (actual relave de Minera Escondida) o el Salar de Talabre (actual relave minera de Chuquicamata).

Salares relave. (A) Mina Chuquicamata y Mina Sur en rojo y ex salar de Talabre en azul, ubicado cercano al poblado de Chiu-Chiu en la Región de Antofagasta; (B) Minera Escondida Ltda. en rojo y ex salar de Hamburgo en azul, ubicado en pleno Desierto de Atacama, Región de Antofagasta. Créditos: elaboración propia @pepeline

La minería del litio ha afectado la parte sur del Salar de Atacama, donde hay procesos sancionatorios contra SQM por afectación del ecosistema. En particular, el Salar de Atacama tiene derechos de agua concedidos de 3.873 l/s (19). Esto en un sistema que no tiene recargas de agua suficiente para recuperar lo extraído, donde además dos de sus afluentes —el río Vilama y el río San Pedro— fueron declarados como agotados por la Dirección General de Aguas (DGA) en el año 2017 y 2016, respectivamente (20 y 21).

La pérdida de un salar o humedal no solo significa la pérdida de aguas o de la belleza escénica. Junto al salar, desaparecen peces, bofedales verdes, aves, animales, personas y pueblos indígenas que dependen de estos ecosistemas desde hace miles de años. Hay una pérdida de millones de años de evolución, de procesos de adaptación a las condiciones más extremas y raras del planeta.

Y lo que es peor: si en unos años se desarrollan baterías que no requieren de litio, ya no habrá forma de justificar esta destrucción.

Sin embargo, es posible hallar en estos mismos sistemas las claves para un desarrollo que no implique su destrucción y que esto vaya de la mano con la investigación científica y el desarrollo tecnológico. En oposición a los dichos del CEO de Weatlh Minerals, quien dijo el 2016 que «si no explotamos luego, Chile va a quedarse con litio en la tierra», ni este país ni los otros que conforman el ABC del litio tienen por qué depender solo de la venta de recursos no renovables. Hay formas de generar bienestar económico que no implican la extracción indiscriminada de minerales y un daño irreparable al patrimonio natural (lo que se conoce como «ecocidio»).

La diversificación económica multiescalar de manera sostenible con los ecosistemas y las comunidades que los habitan es posible: existen muchos ejemplos de ello a lo largo y ancho de Chile. Preservar estos sistemas es fundamental para reducir los efectos del cambio climático. Además, el estudio de la biodiversidad en estos parajes tiene un potencial científico y tecnológico imposible de prever: aplicaciones cosméticas y farmacéuticas para microalgas o para microorganismos resistentes a la radiación ultravioleta son solo algunas de las posibilidades. La explotación del litio no puede hacerse sin considerar los salares como sistemas que deben ser protegidos. Protegidos de nosotros mismos.

¿Es esta la paradoja del mundo moderno? ¿Para desarrollar tecnología ecológica debemos generar destrucción? ¿Es coincidente que el mayor impacto ocurra en países del Hemisferio sur para cubrir las demandas “ecológicas” del Hemisferio norte? ¿Por generar una riqueza inmediata estamos dispuestos a sacrificar una riqueza cultural, científica y tecnológica quizás mayor y, además, sostenible en el tiempo? ¿O esto ocurre simplemente porque quienes toman las decisiones sobre el altiplano viven en el centro, en la capital, incapaces de visualizar el potencial y la verdadera riqueza de los salares? ¿A alguien le importan los salares?

Nidos de flamencos abandonados en el Salar de Atacama, la superficie rosada son tapetes microbianos dominados por microorganismos halófilos pigmentados (Fotografía: @criordor)

Eleva el vuelo flamenco de Los Andes,

refúgiate en otras extensiones planetarias,

llévate contigo las claves de la vida primigenia,

tu vuelo en arcoiris.

No merecemos el sol cuando destruimos el viento.

Referencias

  1. Donoso C (2014). “El ocaso de la dependencia salitrera”. En Diálogo Andino 45, Arica, diciembre de 2014. Disponible aquí.
  2. Hobsbawm E (1987). La era del imperio (1875-1914). Capítulo II, Biblioteca Virtual Universal. Disponible aquí.
  3. Guerrero V (1992). “Factores socio-políticos de la degradación ambiental en la provincia de Iquique”. Revista Ciencias Sociales I, 1992. Disponible aquí.
  4. Camus P, Hajek E (1998). Historia ambiental de Chile. Santiago: Andros. Disponible aquí.
  5. Méndez M (2017). “Explotación del salitre y modernización de los territorios hídricos del Desierto de Atacama (1853-1924): Análisis geo-histórico del conflicto por el agua en el valle de Quisma, norte de Chile”. XIII Reunión de Historiadores de la Minería Latinoamericana, abril 2017, Buenos Aires, Argentina. Disponible aquí.
  6. Wanger, T. C. (2011). The Lithium future—resources, recycling, and the environment. Conservation Letters, 4(3), 202-206.
  7. Gaines, L., Nelson P. (2009) Lithium ion batteries: possible materials issues in U.S. Department of Energy. Agonnee National Laboratory Publication, Washington, D.C.
  8. Earle et al., 2003[14]
  9. Gobel, Bárbara (2013) “La minería de litio en la Puna de Atacama: Interdependencias  transregionales y conflictos locales”: Revista Iberoamericana nº49 pp.135-149. Disponible aquí. Recuperado el 31 de Julio de 2018.
  10. Banco Mundial (2011). Chile: diagnóstico de la gestión de los recursos hídricos. Dirección General de Aguas, Ministerio de Obras Públicas, Chile. Disponible aquí.
  11. Castro M (2015). “El litio en la región de Atacama – Lípez. Bases para un modelo de desarrollo sostenible”. La sustentabilidad en la Región de Atacama-Lípez, un futuro que compromete a tres países, Bode M y Rizzuti C (coordinadores), Programa Regional Seguridad Energética y Cambio Climático en América Latina de la Fundación Konrad Adenauer, pp 26-39. Disponible aquí.
  12. Espinoza G, Vera C, Cuevas A, Paicha M (2015). “Cambio climático en los humedales del altiplano tarapaqueño: desafíos para las capacidades institucionales”. La sustentabilidad en la Región de Atacama-Lípez, un futuro que compromete a tres países, Bode M y Rizzuti C (coordinadores), Programa Regional Seguridad Energética y Cambio Climático en América Latina de la Fundación Konrad Adenauer, pp 13-25. Disponible aquí.
  13. Bolados P, Babidge S (2017). “Ritualidad y extractivismo: la limpia de canales y las disputas por el agua en el Salar de Atacama-Norte de Chile”. Estudios atacameños, (54), 201-216. Epub 28 de diciembre de 2016. Disponible aquí.
  14. Wellers D, Rander M (2018). “How Future Batteries Could Save Civilization”. En Digitalist Magazine, 4 de enero de 2018. Disponible aquí.
  15. Mercado K (2018). “La gigafábrica de Tesla planea salvar al mundo”. En Rankia, 5 de enero de 2018, disponible aquí.
  16. Jerez, B (2017).  “El avance de una territorialidad transfronteriza del litio en la Puna argentino-chilena”: Observatorio de Conflictos Mineros de AMérica Latina, OCMAL.  Disponible aquí. Recuperado el 31 de Julio de 2018.
  17. Haferburg, G., Gröning, J. A., Schmidt, N., Kummer, N. A., Erquicia, J. C., & Schlömann, M. (2017). Microbial diversity of the hypersaline and lithium-rich Salar de Uyuni, Bolivia. Microbiological research, 199, 19-28.
  18. Risacher F, Alonso H, Salazar C (1999). “Geoquímica de aguas en cuencas cerradas : I, II, III regiones – Chile”. Ministerio de Obras Públicas, Dirección General de Aguas, Universidad Católica del Norte, Institut de Recherche pour le Développement. Disponible aquí.
  19. Dirección General de Aguas (2016). “Aprovechamiento de aguas en cuenca del Salar de Atacama”. Ministerio de Obras Públicas, presentación para la sesión Comisión Especial Investigadora de la participación de organismos públicos en la exploración, procesamiento, explotación, exportación y transporte de litio de la Cámara de Diputados, 30 de agosto de 2016. Disponible aquí.
  20. Dirección General de Aguas (2016). “Declara el agotamiento de la cuenca del río San Pedro y sus afluentes, provincia de El Loa, Región de Antofagasta”. Ministerio de Obras Públicas, 17 de junio de 2016. Disponible aquí.
  21. Dirección General de Aguas (2017). “Declara el agotamiento de la cuenca del río Vilama y sus afluentes, provincia de El Loa, Región de Antofagasta”. Ministerio de Obras Públicas, 9 de mayo de 2017. Disponible aquí.
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3 Comments

Erika
  • Dic 21 2018
  • Responder
Interesante articulo, he leido con detencion las 2 partes. Si bien la postura de defender los salares en desmedro de la actividad comercial del Litio me parece muy extrema, y diferente de lo ocurrido con el caso salitre, estimo que podria ahondarse en difundir con un mayor detalle los beneficios y uso de la flora y fauna de los salares, con impacto economico, ya que en paises con poco desarrollo tecnologico como el nuestro, debemos velar por el mejor uso de los recursos que tenemos, si la era del litio esta en etapa final porque irremediablente tendra que ser sustituido, como se indica en este articulo, bien podria haber sido razonable maximizar su ganancia en su momento de gloria en vez de dejar pasar la oportunidad.
Prof. Roberto Román L.
  • Dic 26 2018
  • Responder
Hay varios alcances a hacer el artículo. En lo esencial, estoy totalmente de acuerdo con el mismo. No se debe extraer un recurso sin pensar en los impactos que esto ocasiona. Es absolutamente esencial tomar esto en cuenta. Solo así uno asume el verdadero "costo" del producto. Y, técnicamente, es totalmente lograble con un mayor costo de producción. Así que condición (1): proteger el salar (o los salares). Las Mineras (incluyendo Escondida) han tenido que asumir el hecho de que, para seguir funcionando, deben desalar agua de mar y subirla a las faenas. Si para desalar 1 m3 necesito 1 en energía, se necesita 3 a 4 veces más para bombearla a la faena. Pero ese es el verdadero costo. En cuanto a la cantidad de litio que se requiere, no me preocupa tanto. No olvidemos que en una batería de litio el mismo no se "gasta". Es totalmente reciclable. "Dicen" que las baterías de plomo son tóxicas (por la toxicidad del plomo), pero andan millones de autos con baterías de plomo bajo la capota. Y en Chile hay al menos UNA excelente planta de reciclaje de plomo (en Calama). Igual debe hacerse con el Litio, reciclar y reutilizar. Si se hace así, la demanda por material "fresco" disminuye mucho. Un buen ejemplo es el cobre. Es suficientemente valioso como para reciclar una buena fracción (lo mismo ocurre con el hierro). La demanda por cobre "nuevo" viene fundamentalmente de demanda de mejoras en condiciones de vida de población mundial que antes vivía pésimo. El "boom" del cobre cuando el mismo llegó a US$4 la libra, se debió a la enorme demanda China. Una parte para exportaciones Chinas, pero una fracción mayor para las viviendas y ciudades que surgieron en esa década. Con el litio va a tener que pasar lo mismo. Y es obvio que deberíamos tener capacidad de fabricar (y reciclar) de manera local. Es muy interesante las baterías de Litio, pues su muy buena densidad de carga, bajo peso y larga vida útil de verdad auguran una revolución en como hacemos muchas cosas. Pero, obviamente, debemos producirlo en condiciones de sustentabilidad y no buscando la solución que se aplicó al Salitre en el Siglo XIX y el cobre en gran parte del Siglo XX. Y en cuanto a "oportunidad", si no se le agrega valor en Chile, la "oportunidad" será solo para las grandes empresas como SQM (con el yerno del Innombrable), Albermarle y otras. Para los chilenos quedarán los rastrojos, igual que con las Salitreras del Siglo XX. Saludos!
Nicole - Fumigaciones en zapopan
  • Ene 12 2019
  • Responder
En hora buena! y gracias por la aportación, considero qué se trata el tema de manera objetivo y se aborda con profesionalismo. ¿Debería de leer algún libro para profundizar más, cuál me recomiendas?

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